26 marzo, 2013

Levántate y anda.

La filosofía del gran maestro argentino Facundo Cabral. Para hacernos reflexionar sobre todo cuanto nos acontece en la vida.

24 marzo, 2013

Adios pobreza en Madrid 2020.

23 marzo, 2013

No tengo espíritu olimpico... ni falta que me hace.

Como no puedo expresarlo mejor que lo ha hecho Molinicos en su blog "Cosas que me pasan" pongo su entrada porque estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dice en ella.
Los medios de comunicación tratan de convencernos mostrando imágenes de gente que dice que está encantada con la candidatura olímpica, pero no debemos olvidar que un medio de comunicación difunde aquello que más le interesa a su grupo editorial, sea del color que sea y no van a publicar ninguna crítica en contra de la candidatura olímpica Madrid 2020.

Aquí tenéis unas cuantas razones para saber por que yo tampoco quiero unas olimpiadas en Madrid.


Estimado Comité Evaluador,

Les he visto pasear esta semana por Madrid. Les han llevado como pasos de Semana Santa de un sitio para otro, enseñándoles cositas chupis de la ciudad para intentar convencerles (por tercera vez consecutiva) de que somos los más mejores del mundo mundial para organizar los puñeteros Juegos Olímpicos de 2020.

Parecen ustedes tipos listos, de hecho deben ser listísimos porque tienen el mejor trabajo del mundo mundial: viajar por el mundo a todo tren visitando ciudades, agasajados con todo tipo de gilipolleces y haciendo como que se toman interés por lo que ven cuando de hecho tienen decidido desde hace tiempo a quien se lo darán. Son unos campeones.



Les escribo para contarles que en contra de lo que nuestra impresentable alcaldesa, nuestros impresentables ministros y los enchufados a currar en esa cosita tan chupi que es “la candidatura olímpica” les hayan hecho creer, YO NO QUIERO LOS JUEGOS OLÍMPICOS.


Soy de Madrid, vivo en Madrid y pago mis impuestos aquí y NO QUIERO QUE NOS CONCEDAN LOS JUEGOS OLÍMPICOS. Es más, les pido por favor que no nos los den.

"Los ciudadanos de Madrid (y del país entero) estamos hasta los cojones de nuestros políticos. La candidatura olímpica es un caramelito con el que juegan todos pasándoselo de mano en mano y valorando como van a repartirse el pastel en caso de que ustedes cometan el error, el gravísimo error de darnos los Juegos olímpicos de 2020"

Entiéndame, no tengo nada en contra de los Juegos en sí mismos. Son una cosa bastante molona, llenan las noticias durante el erial informativo del mes de agosto, entretienen mucho, te hacen descubrir deportes nuevos completamente idiotas, admiras cuerpos estupendos de atletas de un país desconocido, los más aburridos sirven de banda sonora de las siestas veraniegas y si algún deportista de tu país triunfa, alegra y da buen rollo y te puedes permitir el plural mayestático “hemos ganado”.

Pero todas esas cosas chulas las quiero fuera de mi ciudad, incluso de mi país. Me pareció bien cuando nos presentamos al 2012, estábamos en plena euforia de pasta y parecía que lo único que le faltaba a Madrid para ser lo más de lo más en ciudades era organizar unos juegos. Crucé los dedos y dije...pues mira, lo mismo mola. Pero ustedes decidieron que no éramos adecuados.

La cuestión es que si no éramos adecuados en el 2012 ahora lo somos mucho menos, de hecho ahora somos completamente inadecuados. ¿Por qué?

Porque los ciudadanos de Madrid (y del país entero) estamos hasta los cojones de nuestros políticos. La candidatura olímpica es un caramelito con el que juegan todos pasándoselo de mano en mano y valorando como van a repartirse el pastel en caso de que ustedes cometan el error, el gravísimo error de darnos los Juegos olímpicos de 2020.

Les voy a contar porque no quiero los JJOO.

Les han paseado por Madrid enseñándoles las instalaciones supuestamente olímpicas que están ya construidas y que molan mucho por “lo rápido que se va de unas sedes a otras y el que ya esté acabado el 80% de las infraestructuras.” Bien, eso es trola. Moverse por Madrid se ha convertido en un auténtico suplicio y desde luego no es “rápido” a no ser que sea domingo a las 7 de la mañana o que te lleven en una caravana escoltada por los municipales cortando el tráfico que es como supongo les han llevado a ustedes. Seguro que les han hablado de las bondades del transporte público en Madrid, pues como muchas otras cosas, el transporte público molaba mucho...molaba en pasado. Ahora no mola, no hay dinero, no hay pasta para nada y lo hemos usado por encima de nuestras posibilidades así que ahora es carísimo y encima funciona fatal. Pídanle a la Alcaldesa del pelo frito que los baje a un andén de metro a las 7 de la mañana y cronometren la frecuencia…y luego ya si eso piensan lo de “lo rápido que se llega”.

Las infraestructuras que han visitado y están en obras, no es que “estén en obras”...es que están paradas, sin hacer, sin gente trabajando, están exactamente igual que hace años cuando empezaron. ¿Por qué? Porque no hay dinero para construirlas, no hay dinero para pagar a los obreros, ni a las constructoras, ni a los proveedores ni a nadie. El Ayuntamiento no tiene ni un puto duro porque está endeudado hasta que se mueran mis nietos. Y ¿saben cómo se endeudó? Haciendo obras faraónicas que no hacían ninguna falta y que según ellos iban a ser guay del Paraguay porque iban mejorar la imagen de Madrid, atraer inversión extranjera y crear empleo y hacer de Madrid una ciudad moderna y blablablablabla. ¿Les suena?

Así que mejorar el transporte público y acabar las instalaciones necesita una cantidad de pasta impresionante que no tenemos. Por supuesto sé que en el mundo hay cantidad de gente deseosa de prestarnos ese dinero para que pudiéramos darle lustre y esplendor a la ciudad, pero como resulta que estamos endeudados hasta las cejas y no somos lo que se dice un país fiable, los intereses que esos “desinteresados” inversores nos cobrarían serían tan estratosféricos que veo a mis nietos pagando esa deuda. Y me niego.

No me vale tampoco el argumento de que luego las instalaciones quedarían para el uso y disfrute de la ciudad, dotando a Madrid de un equipamiento moderno y blablablablablka...al alcance de todos los madrileños. No es que no me valga el argumento, es que es una puta patraña. En Madrid se están cerrando polideportivos, piscinas, las bibliotecas no pueden comprar fondos, se restringen los cuentacuentos y talleres de niños porque “no hay dinero”…y ¿vamos a mantener un canal de remo?? Es más... ¿para qué cojones sirve un canal de remo? Sobre todo un canal de remo seco...que es lo que tendríamos los madrileños para su “uso y disfrute” porque en el hipotético caso de que lo construyéramos luego no habría dinero para su mantenimiento.

Les han dicho también que los madrileños estamos dando saltitos con las orejas pensando en los JJOO que conseguirán “mejorar la imagen de España, atraer inversión extranjera y crear empleo”.

¿Saben qué? Es mentira.

Los JJOO molan mucho pero no mejoran la visión de un país. ¿Alguien tiene mejor concepto de Inglaterra después de Londres 2012? Eso es una majadería y una gilipollez creada por los magos del marketing vende humos que están detrás de todo el tinglado de la candidatura olímpica. Lo que mejora la imagen de un país es que sea serio, que invierta a largo plazo, que genere riqueza e industria y no que organice unas jornadas para corretear, saltar, nadar o tirar con arco.

“Atraer inversión extranjera” Esto es verdad, básicamente porque aquí no hay ni un puto duro y el que lo tiene conoce como paga el Estado, así que no lo invierte ni borracho. El inversor extranjero si lo hace, pero te cobra unos intereses que te hacen pensar si no te saldría más a cuenta ser esclavo.

“Crea empleo”. Ja ja y ja. Me descojono. ¿En qué quedamos? Si ya está todo listo o casi listo… ¿qué empleo se crea? ¿Para qué vas a contratar gente si está todo hecho? ¿O es que hablamos del empleo que se va a crear en el mes de agosto de 2020 para 15 días? Sin mencionar que muchísima de la gente que curra en los JJOO son “voluntarios olímpicos” que no cobran y por tanto no son “empleo”. Claro que a lo mejor se están refiriendo a los tropecientos que ya “trabajan” en la candidatura olímpica por el puto morro y que a pesar de estar muy comprometidos con el espíritu olímpico cobran de mis impuestos como unos campeones.

Señores del comité olímpico, los madrileños estamos muy hasta los cojones, no queremos los JJOO. La afirmación esa que han hecho los Hermanos Calatrava de que

“"El respaldo popular es el más alto, es indiscutible", aseguraron los dirigentes políticos, que consideraron que si Madrid gana finalmente los Juegos "se producirá una explosión de emoción ciudadana y el proyecto se verá como un proyecto nacional".”

Da ganas de matar. Me rio por no llorar. Que dos de los tíos más odiados del país hablen de “explosiones de emoción ciudadana” es sencillamente surrealista. Es posible que se produzca una explosión en Madrid, pero no será de emoción ciudadana, se lo aseguro. Va a ser de indignación popular por tanta sinvergonzonería, tanto tocar los cojones y tanta burda mentira.

Tenemos un millón de problemas y lo último que necesitamos es ver a nuestra chusma política disfrazados de espíritu olímpico repartiéndose el botín.

Asi que por favor..háganos un favor: Tokio 2020 rules.

13 marzo, 2013

Thierry Duval el mejor acuarelista del mundo.

Reconozco que se me ha colado esta entrada y no he tenido todo el tiempo que a mi me hubiese gustado para prepararla, pero desde que ví los trabajos de Thierry Duval descubrí a un artista excepcional.
Siempre me ha parecido que la acuarela es la disciplina más dificil de trabajar en pintura por la complejidad que lleva superponer unos colores sobre otros, iluminar una parte del cuadro o un detalle, el lograr un color homogéneo de una gran superficie o realizar el difuminado de una zona de la pintura. Despúes de ver las obras de Thierry me he dado cuenta que es un artista que tiene una calidad técnica extraordinaria que le permite realizar todo esto sin el mayor problema, tan solo tenéis que ver los cuadros que acompañan esta entrada para que os déis cuenta de lo que estoy hablando.









Su obra ha sido galardonada con varios premios tanto en Francia como en el extranjero.
Pincha en el siguiente enlace si quieres descubrir toda la obra de este artista.

¿Conocéis a algún otro artista que domine la técnica de la acuarela como lo hace Thierry Duval?. Si es así nos encantaría conocerlo para hablar de él en Azúcar y Sal.

05 marzo, 2013

Tontos.

Desde que empezó esta estafa, se ha ido extendiendo entre el personal la incómoda sensación de que nos toman por tontos. A cada nuevo escándalo injustificable, le sigue una justificación tan inverosímil, ridícula y falsa del politicucho de turno que nos sentimos insultados en nuestra inteligencia y decimos: “Creen que somos idiotas”.

Puede parecer que la frase no reviste mayor importancia pero creo que erramos el tiro al decirla. Les otorgamos una superioridad intelectual de la que carecen y obviamos decir lo fundamental: no son ni siquiera unos listillos, son unos miserables, sinvergüenzas, mentirosos, jetas y mezquinos cobardes. En el mejor de los casos, los tontos son ellos, en el peor, son unos criminales. Y esto nos enfrenta con una realidad mucho más intolerable. Si son unos sinvergüenzas es porque pueden, porque la mayoría les deja, porque no nos temen. No es que se crean más inteligentes, es que se saben más impunes que el resto. No nos toman por tontos, nos toman por inofensivos. Nos toman por flojos, que es peor.

Hay tres frentes por los que el poder corrupto nos controla: la sociedad adormecida, la indiferente y la cómplice. La primera, esta sí entontecida y desinformada, es cada vez menos numerosa, cada vez somos un país con más información y formación. El problema mayor es otro: es una mezcla de inmoralidad e indiferencia. Decía Hessel, tristemente fallecido la semana pasada, que en la situación actual “la peor de las actitudes es la indiferencia”.

Por eso se permiten sus chulerías y desplantes, por eso se permiten la desfachatez de no dar la cara cuando sus políticas nos llevan más allá de los 5 millones de parados. Nos toman a todos por una sociedad acomodada, apática, inerte, resignada a su (mala) suerte, que aguanta lo que le echen. Nos toman por una opinión pública difusa, confundida y poco activa a la que no hay que temer. Nuestra falta de unidad de acción hace que no podamos formar frente común tan sólido como el que forman ellos. Somos una sociedad controlada por el poder y no una sociedad que controla al poder.

Hay tres frentes por los que el poder corrupto nos controla: la sociedad adormecida, la indiferente y la cómplice. La primera, esta sí entontecida y desinformada, es cada vez menos numerosa, cada vez somos un país con más información y formación. El problema mayor es otro: es una mezcla de inmoralidad e indiferencia. Decía Hessel, tristemente fallecido la semana pasada, que en la situación actual “la peor de las actitudes es la indiferencia”.

En nuestro país hay mucho indiferente que pasa por la vida pero por el que la vida no pasa. No quieren comprometerse, no quieren molestarse, no quieren perder su tiempo. No saben que les están robando incluso eso, el tiempo. Su indiferencia les hace ignorantes y su ignorancia les mantiene en la indiferencia. Su actitud es inmoral porque tienen acceso a la información, capacidad para participar en la vida pública y, sin embargo, la desdeñan.

Y después tenemos un segundo caso de inmoralidad aún más deleznable: la de quienes saben lo que pasa y deciden ser cómplices de la situación. Son los que votan a ladrones sabiendo que son ladrones, la de los que justifican la corrupción si es de los de su bando. Aquí también hay que incluir a un nutrido grupo de periodistas, un ejército de acólitos del poder que le hacen la contra a los intereses de la ciudadanía y que velan por los intereses de la casta política que son también los suyos, los de la casta periodística. Penosa forma de mercadeo la del que comercia con sus lectores para servírselos en bandeja al corrupto.

El poder cuenta además con el tiempo a su favor, con el rodillo del tiempo que desgasta los ánimos y las protestas. Se hacen los sordos porque saben que las gargantas que gritan acaban perdiendo la voz por ronquera. Escuchan un rumor lejano de indignación y cabreo, el chisporroteo diario de unos cuantos que expresan su malestar, pero saben que al día siguiente otra noticia desviará la atención, un partido de fútbol rebajará los ánimos, un nuevo hashtag sustituirá al anterior. Y así pasan los días, las semanas, los meses. Así nos pasan las mentiras por encima sin que pase nada.

Como dice otra frase repetida hasta la saciedad por la ciudadanía, “aquí nunca pasa nada”. No es del todo cierto. En las calles están pasando cosas que están cambiando el escenario y la mentalidad cada vez de más gente. Pero aún no lo suficiente y por eso a los delincuentes de esta estafa nunca les pasa nada cuando mienten. Nos engañan porque no temen nuestra reacción. No nos tienen miedo y mientras no nos tengan miedo, nos seguirán atemorizando. Y qué hacemos para que nos tengan miedo, me pregunto, nos preguntamos muchos: pues atemorizarles, claro.

Una vez más, el camino lo ha marcado la Plataforma de Afectados por la Hipoteca al anunciar que perseguirá y señalará a los políticos que no atiendan al clamor social contra los desahucios. Para que los sinvergüenzas no sientan que son intocables hay que hacerles sentir el peso de la ciudadanía ya que no sienten el peso de la ley. Sin tocarles pero sin dejarles respirar.

Eso es coacción, dicen los voceros del poder, como si el poder no estuviese coaccionando al ciudadano desde hace años. A su coacción el poder lo llama “orden”. Pues hay que romper el cerco de su orden establecido para establecer un cerco alrededor de ellos. Rodearles. Hay maneras de hacerlo que ya algunos han puesto en práctica. Desobedecer, señalar y perseguir al político culpable, desacreditar socialmente a quienes defraudan y traicionan a la ciudadanía y, por supuesto, continuar las protestas.

No os rindáis, es el título del último libro que Stéphane Hessel dejó escrito antes de morir. Atacad, es el título del libro que deberíamos estar escribiendo ahora. No somos tontos. No dejemos que lo crean.

Autor Javier Gallego visto en El Diario.