A veces, tienes ante ti, una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga que crees que nunca podrás acabar. Y entonces te empiezas a dar prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta y te esfuerzas más todavía,al final estás sin aliento y la calle sigue estando por delante.....
Nunca se ha de pensar en toda la calle de una sola vez, solo hay que pensar en el paso siguiente, entonces uno se da cuenta de que paso a paso se ha barrido toda la calle. Consiste en dar un paso cada día, por eso no te desanimes nunca, haz bien las pequeñas cosas del día. Y el paso que podemos dar cada día es distinto para cada uno: el paso que hoy me toca dar a mi no es el mismo que deben dar otros. Como en las comidas del hospital, cada uno tiene su propio régimen. Pensar que tengo que dar lo mismo que dan otros es una tontería. Dios espera de mi lo que espera de mi, de acuerdo con nuestra relación, con mi situación, con mi debilidad, con mi fortaleza y con mis circunstancias.
19 abril, 2020
Buscar en internet sobre este relato parece de Michael Ende (Momo)
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