19 enero, 2012

Los lamentos de los moribundos.

Bonnie Ware es una mujer que ha trabajado durante muchos años con enfermos terminales compartiendo con ellos sus últimos días de vida.
Durante esos años descubrió que los sentimientos más comunes que surgían en las personas poco antes de morir eran la negación, la ira, el miedo, el remordimiento o la aceptación de su situación.
Sin embargo la gran mayoría de estas personas que estaban a punto de morir coincidían en cosas que se arrepentían de no haber hecho o que habrían hecho de forma diferente si hubiesen tenido una segunda oportunidad.

Básicamente estas cinco:


1º  Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mi mismo, no la vida que otros esperaban de mi.
Este era el lamento más común de todos. Cuando la gente está a punto de morir se da cuenta que muchos de sus sueños no han cumplido y que va a morir sabiendo que esto es debido a sus propias acciones: elecciones que habían o no tomado.

2º  Ojalá no hubiera trabajado tanto.
Este lamento era más común en los hombres que en las mujeres. Echaban de menos no haber visto crecer a sus hijos y el no haber compartido más momentos con su pareja

3º Ojalá hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos.
Muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que eran capaces de ser. Muchas enfermedades son el resultado de la amargura y el resentimiento.


4º Ojalá hubiera pasado más tiempo con mis amigos.
En esos momentos previos a la muerte los enfermos echaban de menos a sus amigos y no siempre fue posible localizarlos. Casi todos coincidían que habían estado tan atrapados en sus propias vidas que habían dejado a los amigos de lado y se lamentaban de no haber empleado el tiempo y el esfuerzo que se merecen.

5º Ojalá hubiera sido más feliz.
Este lamento es sorprendentemente común. Hasta este momento previo a la muerte muchos no se dieron cuenta que la felicidad es una elección.

Por tanto hagamos todo lo que esté en nuestra mano para que cuando llegue la hora de marcharnos no tengamos que lamentarnos de ninguna de estas cosas.

1 Internautas dijeron....:

Anónimo dijo...

¡ y que se tenga que estar a las puertas de la muerte para darse cuenta de lo mal vivido!

Cada día habría que desprenderse de una parte de esos "ojalás"

Enhorabuena por tu blog