Habitación o montaña

Si uno pudiera vivir varias vidas, podría ser feliz siendo zapatero en Filipinas, marinero en Noruega, beduino en África, o trompetista en una orquesta de New Orleans.

Pero al tener una sola, sólo podemos vivirla desde una habitación o desde una montaña.

Desde una habitación, es decir, desde un lugar pequeño, de un lugar pequeño, la vida discurre sin velocidad.

Uno se siente seguro porque es conocido, porque es alguien. Aunque por el contrario siempre exista lo de "pueblo pequeño infierno grande".


Desde una montaña, es decir sin asentarse en un lugar o haciendolo en una gran ciudad la vida es mutable y vertiginosa. Estamos más inseguros porque vemos nuestra pequeña dimensión, como cuando nos subimos a una montaña. Somos personas desconocidas si nos atropella un automovil, para el resto de los peatones de la gran ciudad en la que vivimos. Pero gozaremos de mayor libertad: nadie nos criticará por como vestimos, o lo que hacemos porque nadie nos conoce.

Ambos lugares son validos: la habitación o la montaña.

En ambos sitios podemos ser felices. Es un problema de elección, no de transcendencia.

J. M. Rodriguez Caicoya