Me parto. Es que me parto de risa. Se armó la de San Quintín hace unos años porque los chicos del Real Madrid se subieron a la Cibeles para ponerle la bufandita. El grito en el cielo.
Desde entonces se decidió que no, que hay que proteger el monumento de los vándalos de Chamartín, no vaya a ser que la chica se nos quede manca de nuevo y haya que hacerle otra mano ortopédica de mármol toledano. Eso sí, el ilustrísimo alcalde ha permitido que se mantenga el rito hortera de besar a la diosa, diseñando un dispositivo a lo Guerra de las galaxias de serie B.
El capitán del equipo, cual ángel elegido en el reino de los cielos, despega y flota alrededor de la hierática subido en una grúa que hace las veces de blanca nube. La niña y sus fieras no sufren desperfectos. Qué respiro. Y todo esto para que al día siguiente vaya un gachó del Ayuntamiento y, con mono y botas de currela, se suba y pisotee a la interfecta para quitarle el trapito del cuello. Qué peliculón más tonto.
El capitán del equipo, cual ángel elegido en el reino de los cielos, despega y flota alrededor de la hierática subido en una grúa que hace las veces de blanca nube. La niña y sus fieras no sufren desperfectos. Qué respiro. Y todo esto para que al día siguiente vaya un gachó del Ayuntamiento y, con mono y botas de currela, se suba y pisotee a la interfecta para quitarle el trapito del cuello. Qué peliculón más tonto.
Jaime Jimenez - Extraido del diario 20minutos
0 Internautas dijeron....:
Publicar un comentario