Comprar “estatus” comprando agua.

“Actualmente el agua se ha convertido en un producto de lujo, como las joyas, el vino, los coches o la moda. El mercado demanda cada vez más productos diferenciados y exóticos”. Esto es lo que dice uno de los sumilleres más cualificados y especialista en los diferentes tipo de agua, Steve Rowe.

Este señor importa y distribuye por todo el mundo agua de todo tipo: desde la procedente de la lluvia, hasta la procedente de icebergs. Y es que por lo visto, cada cliente tiene unas preferencias únicas. Rowe, explica que muchos ejecutivos neoyorquinos están empezando a pedir agua de marca, las más caras, tratando de demostrar su “nivel” y poderío económico. Al parecer, ya se venden en nuestro país botellas de agua a más de 1000 (mil) euros el litro.

¿Qué se puede decir ante tamaño despropósito? Despropósito en mayúsculas. No sirve que este señor argumente, por ejemplo, que el agua de lluvia es 400 veces más pura que el agua normal.

Sólo desde el punto de vista de un individuo sobrado de dinero y ego (o en realidad falto de él), se puede medio comprender que un ser humano se pueda gastar unos 100 euros en cada vaso de agua que se toma.

Definitivamente está mal repartida la riqueza en el mundo. Existen principalmente dos tipos de carencias: las materiales y de espíritu. ¿Adivinais qué tipo de carencia tienen las personas que se gastan semejantes cantidades de dinero en beber agua?

Por supuesto.

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