Ya estan aquí las elecciones generales

Ya ha sido anunciado. El próximo 9 de marzo se celebrarán en España las próximas elecciones generales.
Desde que cumplí la mayoría de edad, han sido muchas las ocasiones en las que he acudido a las urnas a ejercer mi derecho a votar. En elecciones de todo tipo: generales, autonómicas, municipales, y europeas. Y, sinceramente, cada vez tengo menos ganas de hacerlo.

Soy consciente de que el derecho a voto es algo que nos ha costado muchos años conseguir, y que mucha gente se dejó la vida para hacer que nosotros tengamos ese derecho constitucional. Sin embargo, nuestros políticos, los de ahora y los de antes, de un partido o de otro, rojos o azules, en menos de lo que canta un gallo, han conseguido que pierda la confianza que tenía en ellos.

Los medios de comunicación dicen que a los jovenes cada vez les interesa menos la política. No me extraña. Los políticos sólo se preocupan por sus propios intereses, no por el de los ciudadanos.

No tienen reparo en decir medias verdades, prometer lo que de antemano saben que no van a poder cumplir. Son expertos en desdecirse y cambiar el argumento de lo que se dijo, y cuando alguien les recuerda alguna promesa no cumplida, poner cara de aqui no ha pasado nada y a otra cosa mariposa.

Manejan los datos económicos a su antojo, y tratan de hacer creer al ciudadano de a pie que la economia va viento en popa a toda vela y con un viento a favor de 20 Km/h, cuando la mayoría de las personas tienen problemas para llegar a fin de mes.
Argumentan que han creado 100.000.000 de puestos de trabajo durante su legislatura, aunque esos puestos de trabajo hayan sido en su mayoría contratos de un solo día, o de dos, que más da, y con unos sueldos de risa.

Eso si, a la hora de subirse ellos el sueldo, un 70% por encima del IPC, están todos de acuerdo, porque a los pobres no les alcanza su sueldo de 3000 o 4000 euros, más las dietas y los complementos en especie.

Nos comentan las ventajas de tener un pisazo de 20 m2 en Aldehuela del Caudete, cuando ellos viven en chalets en los que no se pone el sol. Saben que el poder genera mucho dinero, muchos amigos, muchos tratos de favor y mucha información, por eso todos, mienten, mueren y matan por ser elegidos por los ciudadanos.

Por todos estos motivos, y por cuestionarme las cosas, he decidido no creer más en ellos, pero sí ejercer mi derecho a voto, que lo nuestro nos costó conseguirlo, y votar en blanco.

Que otros se crean sus mentiras, si quieren creérselas.