Comprar una cámara digital se ha convertido, para los que no están acostumbrados a la fotografía, en una tarea muy complicada. La actual oferta que presenta el mercado es muy variada, con infinidad de marcas, cientos de modelos y cada uno con infinitas características. Todo esto hace que elegir la cámara adecuada nos produzca algún que otro quebradero de cabeza.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de comprar es que cada usuario es único y esperará unas prestaciones de su cámara distintas a las de otro. No utilizará la cámara de la misma manera una persona aficionada a la fotografía que una persona que sólo quiera inmortalizar un viaje o un concierto, o un fotográfo profesional.
Lo segundo es que no existe la cámara ideal. No la busques porque no la vas a encontrar. Siempre habrá otro modelo u otra marca que tendrá algo que le falte a la que tú has elegido.
Así que vamos a ver que es lo más importante a la hora de comprar una cámara digital:
Sensor de imagen y óptica es el binomio más importante a la hora de elegir la cámara y no destaca uno sobre el otro sino que son complementarios. Una cámara con buena óptica y un mal sensor sacará malas fotos y una con mala óptica y buen sensor le sucederá lo mismo.
El sensor es el elemento que se encarga de captar la luz que compone la fotografía y se trata de un chip formado por millones de componentes sensibles a la luz que al ser expuestos forman la imagen fotográfica. Sería el equivalente al elemento fotosensible de las películas fotográficas.
El tamaño del sensor si que importa. A mayor tamaño del sensor tendremos menos ruido en nuestras fotografías. Tamaños de sensor tenemos para todos los gustos desde el 1/3.6" hasta el Full Frame que equivale al tamaño de un fotograma de 35 mm. instalado únicamente en las cámaras DSLR de gama alta.
En la imagen podemos ver el modelo Canon EOS-1Ds Mark III una cámara DSLR con dos procesadores digic III que supera los 6ooo eurosEn cuanto a óptica hay dos grandes fabricantes de lentes Carl Zeiss y Leica. Un objetivo con lentes de cualquiera de estos dos fabricantes tiene unos precios "prohibitivos". Existe un rumor, no sin falta de sentido, que dice que en cámaras de 300 euros la óptica no puede ser de estos fabricantes, sino que éstos lo único que hacen es certificar la calidad de las lentes. Existen fabricantes de cámaras cuyas lentes son de muy buena calidad como Canon, Nikon, u Olympus.
El procesador digital en una cámara es el equivalente al microprocesador de un ordenador. Cada fabricante tiene el suyo propio: Canon el Digic III, Panasonic monta en sus cámaras el Venus Engine, Olympus el True Pic III, Nikon el Expeed y Sony pone en sus cámaras el BIONZ. Cada uno de ellos tiene sus pros y sus contras.
En su interior se interpretan los datos recogidos por el sensor y se crea la imagen final que podemos ver. El hecho de que los colores o las luces estén mejor o peor representados y sean más o menos fieles a la realidad, es debido en gran parte a este elemento encargado de realizar la exposición correcta y de construir la imagen. La rapidez de funcionamiento de la cámara está muy relacionada con el procesador.
Aunque en el mercado aparezcan cada día cámaras con más y más megapixels, esto influye poco en el resultado final de la fotografía y sin embargo si que tiene relación directa con el tamaño del sensor. Cuantos más megapixels tenga la cámara se podrán hacer copias en papel de mayor tamaño. (Para una fotografía en papel de 10 x 15, una cámara de 4 megapixels es más que suficiente). Así que no debemos obsesionarnos con la resolución de la cámara porque la cantidad de pixels tiene una importancia relativa y lo único que conseguiremos es que nuestras fotos ocupen muchísimo más espacio en la tarjeta de memoria y en nuestro ordenador.
Si por algo se han hecho populares este tipo de cámaras ha sido por la inmediatez a la hora de visualizar la fotografía tomada y la posibilidad de eliminarla en el caso de que no nos guste. La pantalla TFT situada en la parte posterior de la cámara es la encargada de mostrarnos el resultado de la toma. Este elemento también juega un papel importante a la hora de elegir la cámara, ya que tenemos TFTS de todos los tamaños y resoluciones. Las primeras cámaras utilizaban TFT de 1.5 pulgadas y apenas 61000 pixeles; las actuales pueden llegar hasta las 3 pulgadas y los 901.600 pixels.
Si nos decantamos por una TFT con mucha resolución existe una relación directa entre resolución y consumo eléctrico. Cuanta más resolución se ve mucho mejor la pantalla pero se consume mucha más batería.
A pesar de ser un elemento en vías de extinción aún podemos encontrar cámaras con visor óptico, como algunos modelos de la serie Powershot de Canon, pudiendo utilizar este visor y apagar la TFT para ahorrar algo de batería.
Otro aspecto a tener en cuenta es la longitud focal del objetivo. Es normal al leer las especificaciones de una cámara descubrir que tiene un zoom 4X-4X, 6X-4X, e incluso 10X, 12X o 18X. Este término es el zoom óptico de la cámara, (es decir, el zoom que se consigue únicamente con las lentes). El otro término corresponde al zoom digital que realiza el procesador digital de imagen interpolando pixels.
Junto al objetivo también encontramos dos números con el siguiente formato f: 1:2.8-4.1. Estos números variaran en función de la cámara: el primer numero indica la mayor apertura correspondiente a la focal más angular y el segundo la máxima apertura para la focal más larga (tele).
Cuanto más se acerque a uno, más luminoso será el objetivo, y por lo tanto más cara será la cámara.
Sobre este asunto existen opiniones encontradas. Hay personas que prefieren las baterias li-ion por su mayor capacidad de carga, porque se pueden recargar en cualquier momento (sin tener que esperar a que se descarguen) aunque tienen dos inconvenientes: en caso de quedarte sin bateria no puedes usar la cámara, y además si el fabricante deja de fabricar ese modelo de bateria puedes tirar la cámara.
Con pilas, puedes utilizar unas pilas recargables de Ni-Mh que tienen menos autonomía (aunque si te quedas sin pilas en cualquier lugar puedes comprar unas pilas alcalinas), pero tiene el inconveniente de que los tiempos de carga son muy largos (entre 12-16 horas dependiendo del amperaje)
Por si no tenemos suficiente, el formato de la cámara también es decisivo a la hora de elegir.
Actualmente tenemos cámaras DSLR destinadas al sector profesional: son cámaras grandes, pesadas, con ópticas intercambiables y se devalúan menos con el tiempo.
Las cámaras compactas que están a medio camino entre la cámara profesional y la ultracompacta. Estas son más pequeñas y menos pesadas, y aunque no tienen todas las prestaciones de las DSLR, muchos modelos nos dejan explotar nuestro lado más creativo dejándonos elegir la velocidad de obturación, el diafragma, la sensibilidad o el punto de enfoque.
Por último tenemos las ultracompactas: el funcionamiento del objetivo es interno y tienen varios programas para captar distintos tipos de escenas: retrato, paisaje, acción, nocturnas, nieve/playa, macro, etc. Estas cámaras son las más ligeras y manejables.
2 Internautas dijeron....:
¡Hay que hacer un master para poder comprar semejante máquina!...
Dios mío....!
Yo creo que no hay que complicarse tanto la vida. Actualmente, pasa con las cámaras digitales como con los coches: prácticamente todos tienen unas cotas de calidad, como mínimo, más que aceptables.
Para un fotógrafo casual, que son mayoría, sólo debe tener en cuenta que la marca sea conocida, que le guste estéticamente y que el tamaño esté dentro de sus propias necesidades de comodidad. También sería interesante que se comprara una cámara que disponga de un sensor de 5 megapixeles o más. A más mejor. Obviamente, la óptica es igual de importante, pero también es cierto, que si la óptica no es muy buena, al menos que cuente con mucha resolución de píxeles ;)
Quizá deban prestar atención también a la autonomía del aparato, así como su fuente de energía (pilas recargables o baterías de litio). Pero tampoco es un detalle tan importante. Si se quiere una cámara pequeña, necesiariamente debe utilizar baterías de litio. Por cierto, aportan energía durante más tiempo que las pilas recargables.
Una cámara barata es difícil que lleve una óptica extraordinaria. Como mucho, una óptica aceptable o medianamente buena.
Conclusión: para aficionados, cualquier cámara de marca conocida, de buen precio, con 5 megapíxels o más (es difícil encontrar a estas alturas de menos resolución), y que se fije si tiene alguna característica que REALMENTE vaya a utilizar.
Para entusiastas o usuarios avanzados, que estén dispuestos a desembolsar una cantidad respetable de dinero... todo lo demás (óptica, sensor, marca, etc), dará igual, a partir de determinadas cantidades, todas las marcas de fotografía digital tienen buenas máquinas. Sólo deberán fijarse en las opciones que aporta cada máquina, y decidir cuáles son más útiles para ellos.
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