26 marzo, 2008

Renovarse o el arte de extorsionar



Hay muchas cosas que no alcanzo a comprender y esta es una de ellas. Nuestro modelo de sociedad, trata por todos los medios que los ciudadanos tengan un cierto grado de bienestar social. Y para ello, trata de concienciarnos con diversas campañas, sobre la igualdad de la mujer con el hombre, la igualdad de clases, o la igualdad de razas.

Pero ¿que sucede cuando un determinado grupo, se aprovecha de su condición social para atemorizar a la población?.

Todo esto viene a cuento sobre algo que me llama mucho la atención. La mayoría de las veces que sale un colectivo gitano en algún reportaje de televisión, siempre argumentan (sobre todo si es para pedir) que son "pelsonas humanas" como los demás -me gustaría a mi conocer a las personas no humanas-.

Sin embargo, en los últimos años, estamos asistiendo a un fenómeno creciente en las obras de nueva construcción. Y es la proliferación de carteles anunciando que la obra está vigilada por un VIGILANTE GITANO (así con letras bien grandes, sobre todo la palabra GITANO).
Así que ojito con acercarse o ya saben lo que les espera.

La gente que se dedica al mundo de la construcción cuenta que en el momento en el que da comienzo una obra, aparece una persona de esta etnia para ofrecer sus servicios como vigilante a cambio de que no desaparezca nada de material. Con lo que los constructores se ven "obligados" a contratar los servicios de esta peculiar empresa de seguridad. Y, aunque es un chantaje en toda regla, a la constructora le tiene más cuenta contratarle, que parar la obra por falta de material.

Para que Vds. se hagan una idea de lo que le supone a una constructora la "contratación" de uno de estos vigilantes su tarifa es de 1500 "jeuros" más los gastos de la seguridad social (y normalmente la mujer del vigilante se llevaba otros 1500 euros más seguridad social).

Pero no todos los problemas están resueltos contratando este "servicio" de vigilancia. El material de las obras desaparece igual, aunque el "sufrido" vigilante es capaz de recuperarlo en un plazo razonable de tiempo. Sabe quien trabaja el cobre, quien los sanitarios o la maquinaria. Y puede recuperarlo. Demostrando ante su jefe su eficacia y lo acertado de su contratación.

Yo que cuestiono casi todo, me pregunto si no será el propio vigilante quien indique a terceros, que hacer desaparecer de una obra hasta que él se lo reclame, para hacer ver a su jefe lo efectivo que resulta contratar a un gitano como vigilante.
También me pregunto, y no encuentro la respuesta, lo siguiente:

¿Que sucede con la persona que encuentran robando que no sea conocido suyo?. Porque estas personas tienen una peculiar visión de la justicia.
¿Porqué las autoridades no hacen nada ante este chantaje encubierto? "No te falta nada de la obra porque yo que soy el que te va a robar, no te robo".

1 Internautas dijeron....:

Anónimo dijo...

Es cierto en muchas obras se ven muchos cartelitos como ese que has puesto.