Ahora que está a punto de llegar la Semana Santa, os voy a dar la receta de uno de los postres más típicos de estas fechas. Aunque todavía faltan unos días para que sea Semana Santa, así podeís ir preparando los ingredientes.
1 Barra de pan de torrijas, si no lo encontraís sirve una barra de pan normal de hace cuatro días.
1 Litro de leche
Huevos y aceite de oliva
1 Palito de canela en rama
Azucar al gusto
La corteza de medio limón
Los tres últimos ingredientes pueden variar dependiendo de los gustos de cada uno, ya que habrá gente a la que le guste que sepan un poco más a canela o que estén un poco más dulces, etc.
Cogemos la leche la ponemos en un cazo junto con el palito de canela, la corteza de limón y el azucar que creamos necesario, ya que si las ponemos mucha azucar suelen quedar empalagosas,y lo ponemos a calentar a fuego suave durante 5 0 10 minutos.
Una vez que la leche tenga el sabor de la canela, apagamos el fuego, retiramos el palito de canela en rama, la corteza de limón y dejamos que se enfrie un poco.
Mientras tanto cogemos el pán y lo vamos cortando en rebanadas oblicuas de aproximadamente dos centimetros de grosor y lo ponemos en una bandeja.
Cuando leche esté tibia, empapamos el pan lo suficiente para que quede bien jugoso pero que no se rompa al cogerlo.
Ponemos a calentar el aceite en la sartén.
Batimos los huevos en un plato hondo y vamos rebozando una a una las torrijas en el huevo, y las vamos echando con cuidado de que no se nos rompan a la sartén, las freimos hasta que estén doradas por los dos lados y las ponemos en un papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Preparamos una mezcla de azucar y canela en polvo y espolvoreamos por encima las torrijas con esa mezcla.
Consejos:
Las torrijas también se les puede echar por encima una poquita de miel, o preparar un almibar ligero con azucar tostada y agua y dejar que se "emborrachen".
A disfrutar y a los que viajen en coche, cuidadín a la ida y al regreso.
1 Internautas dijeron....:
Mi abuela preparaba siempre las Torrijas con miel.Luego las dejaba enfriar en una bandeja que guardaba en el armario (nunca en el frigorífico)a temperatura ambiente.
Lo siguiente era vernos entrar y salir continuamente de la cocina.
Ummmm, así sí podíamos celebrar la Semana Santa.
Inés.
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