08 abril, 2009

Putiferios telefónicos

¿Cuándo se va a inventar el puñetazo telefónico de una maldita vez? ¿Y cuándo nos vamos a librar de la venta telefónica agresiva? Contaré lo que me acaba de ocurrir hace dos minutos, así me desahogo y puedo seguir con lo que me interrumpieron, que era leer y pensar sobre si las normas jurídicas son derrotables por excepciones implícitas. Vaya tela. Ya casi había dado con la respuesta y se me ha ido, mecachis.
Riiiiing, riiiing, riiiing. Menos mal que la niña no estaba dormida, pero casi me caigo por las escaleras. Voz de mujer con acento extranjero, cosa esta última que ni quita ni pone, me da igual, pues la entendía. Dice que me llaman de Telefónica y que, puesto que tengo contratado con ellos el teléfono y el ADSL, me ofrecen una promoción buenísima de Imagenio y que tal y que cual. Normalmente corto rápido con estas ofertas y, como los que llaman no se dejan cortar, acabo sacando el repertorio completo de juramentos en asturiano y se rinden cuando les miento a su mamá y me pierdo en consideraciones sobre la desgracia del papá desconocido. Pero esta vez me picó la curiosidad y se me ocurrió preguntar qué diablos es el Imagenio (entiendo poquísimo de teles y vertederos). Me explica, con creciente entusiasmo, que es un sistema para ver un montón de canales de televisión y me enumera la lista completa o algo así. A mí algunos hasta me sonaban, aunque no sé de qué. Luego la intrépida señora me detalla las condiciones económicas tan ventajosas de la oferta que me hace. Empiezo a planteármelo, francamente. A veces viene bien tener un montón de canales televisivos, por lo de las visitas y tal.

Se me evapora la paciencia y recurro a la ironía: mire, querida, aunque fuera usted Laetitia Casta, estuviera aquí ante mí de cuerpo presente así de sopetón y me dijera échame ahora mismo el gran polvazo, le contestaría que tranquila y que ya vamos viendo, pues me gusta pensar, aunque sea poco, antes de hacer.
La mujer me dice que bueno, que qué, que si consumamos ya, que a qué esperamos. Escasísimos juegos preliminares. Le pregunto, sin mosqueo aún, que cuánto tiempo me da para pensarlo y que a dónde tengo que llamar si me animo. Respuesta: que se lo diga a ella y ahora mismo, ya, todo seguido. Tiro de la excusa habitual: que quiero consultarlo en casa. Y empiezo a alucinar con la réplica: que si mi mujer está en el baño, ella, la que me llama, espera tranquilamente al otro lado de la línea hasta que mi mujer termine y pueda yo obtener su opinión. Rediez, se me sube instantáneamente la bilirrubina. Con todo, me mantengo correcto y ponderado: dígame cuál es el plazo, aunque sea breve, y después de meditar si me interesa, yo les llamo. Me replica que el plazo es esta llamada y que debo indicarle antes de que cuelgue si sí o si no, pero que sería absurdo que le dijera que no. Se me evapora la paciencia y recurro a la ironía: mire, querida, aunque fuera usted Laetitia Casta, estuviera aquí ante mí de cuerpo presente así de sopetón y me dijera échame ahora mismo el gran polvazo, le contestaría que tranquila y que ya vamos viendo, pues me gusta pensar, aunque sea poco, antes de hacer.
Yo me veía gracioso con mi ocurrencia, qué quieren que les diga. Pero la dama no estaba para exquisiteces argumentativas. Así que me reitera el ultimátum y entonces, ya sin dudas de ningún tipo, le digo que no me interesa su Imagenio. Palabra de honor que no añadí métaselo por donde le quepa ni nada por el estilo, pues había recuperado mi estilo más sobrio. Y entonces vuelve a recitarme la lista de las ventajas y la de los canales y añade que ella no puede entender a alguien que rechaza una oportunidad así. Señorita, le cuento, me importa un bledo que usted me entienda o no, pero no acepto ultimátums, y menos por teléfono, así que buenas tardes. Pero todavía quiere más guerra y me hace otro reproche: que si no estoy interesado, por qué la he hecho explicarme lo de Imagenio y sus condiciones. Tócate los cataplines. Y yo: oiga, y usted por qué no me dijo al principio que me iba a hacer una oferta que tenía que aceptar ahora mismo. Ella: señor, su postura no tiene sentido, no cabe que me pregunte y ahora diga que no. El desenlace se lo ahorro a ustedes, amigos, pero antes de colgar se me llenó la boca de sapos, culebras y hasta muflones, como es lógico y natural.
Y me pregunto y les pregunto a ustedes: ¿pero qué técnicas de venta telefónica son éstas? ¿En qué putiferio vivimos? ¿Pueden llamar a uno para insistirle en que si no compra lo que le venden es un idiota y un cantamañanas? ¿Realmente traga el personal cuando lo tratan así los mercachifles de las narices? Y, sobre todo, ¿cómo puede uno lograr de una puta vez que no lo llamen para ofrecerle cosas? Hace tiempo ya que rellené unos impresos en los que manifestaba mi inequívoco deseo de que no me telefoneasen para esas cosas, impresos que envié a Telefónica. Como si nada, ni puñetero caso.
En fin, ya se me pasó. Gracias.

Autor Juán Antonio García Amado visto en Dura Lex

4 Internautas dijeron....:

ipecan dijo...

Me ha encantado porque esta situación la he vivido y es más cada vez con mayor frecuencia.
Comprendo que estos empleados en el marketing telefónico tiene que captar clientes, pero se están perdiendo y faltando a las reglas del juego:

No es ético ni moralmente aceptable que te llamen en horas de siesta, de descanso de fin de semana, ni con nocturnidad (la alevosía va implícita con el empleo).

Y no es aceptable tampoco que su verborrea telefónica te llamen " idiota" porque rechazas semejante oferta.

Yo hace tiempo que he optado por decirles que trabajo en una empresa justamente de la competencia de la que me llama y que es imposible que me igualen en precio y en servicios.

saludos.

Chary Serrano dijo...

A menudo recibo para apuntarme en ofertas de empleo para teleoperadores, casi siempre es para las tardes y fines de semana.
Si me saliera alguna buena de mañana la cogería (busco trabajo y no hay nada)pero me pregunto cuanto durarìa yo en ese trabajo...

Me molesta mucho justo lo que estais diciendo y lo he vivido, no se si sería capaz de hacerlo, creo que hay que tener unas pasta especial

tape dijo...

pues yo , con voz extranjera digo : la seniora no ta..vo pode llamar depue y cuelgo...no suelen llamar mas !

Anónimo dijo...

iba a responder una larga parrafada pero la verdad simplemente tengo que decir que la gente que se dedica a eso cobra muy poco con amenazas de despido constantes como para que un zangano refugiandose en las sombras telefonicas se ponga a dar respuestas ironicas y demas soplapolleces, si os llaman a mala hora con contestar que no son horas de llamar punto, si no os interesa lo que dicen con decir que No punto y sino os informais un poco y con decir que quereis que os inscriban en la lista "robinson" no os vuelven a llamar pero ya basta de vanagloriarse de ingeniosas respuestas a los/as teleoperadores que son los ultimos de la cadena y solo buscan ganarse la vida. Ahora lo moderais y no lo publicais.